A donde van los desaparecidos

Volverte a ver: Desenterrando la verdad, desarmando mentiras

Alexandre Beaudoin Duquette
septiembre 2, 2021
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Por Alexandre Beaudoin Duquette*

En el estado de Morelos, particularmente en Tetelcingo y en Jojutla, existen fosas en las que las autoridades estatales colocaron ilegalmente decenas de cuerpos de personas desaparecidas. Volverte a ver, un documental de Carolina Corral Paredes, cuenta cómo familiares de personas desaparecidas, en su mayoría mujeres, se capacitaron para buscar e identificar los cuerpos que se encontraron en estas fosas y conocer la verdad que se esconde detrás de esas desapariciones.

La verdad que buscan las protagonistas de este documental no es subjetiva, sino empírica, concreta y corporal: ¿Qué ha pasado? ¿De quiénes son los cuerpos que se encuentran en las fosas? ¿Quiénes los han puesto ahí? ¿Por qué?

Una de las protagonistas plantea claramente este problema al afirmar:

“¿Por qué tuvieron que esconder una playera? Una posibilidad es la flojera para no acusarlos de su mal trabajo o su mala labor, pero pensando más mal, para que no nos demos cuenta de un lazo de la Fiscalía con el crimen organizado; para que no nos demos cuenta que recibieron algo a cambio”.

Las mentiras de las autoridades también se desvelan a cuentagotas. El número de cuerpos en la fosa aumenta una y otra vez. Se constata que han sido enterrados sin respetar el protocolo ni tomar en cuenta a las y los familiares de las personas desaparecidas. Las autoridades cargan una mentira asesina que ocultan de manera burda porque confían en que prevalecerá la impunidad.

Walter Lippmann, uno de los arquitectos del aparato de comunicación masiva moderno, afirmaba en 1922 que la censura es esencial en la propaganda. Definía ésta como “alguna barrera entre el público y los sucesos”, es decir, separar el público de la realidad con el objetivo de construir un entorno ficticio, una pseudorealidad[1].

En este sentido, la intervención de esas mujeres desarma la censura que necesitan los políticos para construir este entorno ficticio en el cual “no pasaría absolutamente nada”, como bien lo dice una de las protagonistas. Así, mediante su trabajo en la fosa estatal, las familiares de personas desaparecidas ponen en evidencia los mecanismos de esta escenografía y exponen la relación disonante entre la verdad corporal y las mentiras del teatro oficial. 

Volverte a ver contribuye a la lucha por la verdad, al mostrar, por ejemplo, las retroexcavadoras, la manipulación de las pruebas y lo que en francés se alude con la expresión la lengua de madera de los políticos y que en español tiene su equivalente más cercano en la palabra “cantinfleo”. Como sabemos, una de las características de Cantinflas —el famoso personaje cómico mexicano— era su capacidad de desarmar a su interlocutor confundiéndolo por medio de un discurso en el que se emplean palabras adecuadas al contexto, pero desprovistas de toda substancia.

La lengua de madera tampoco tiene substancia. Sin embargo, a diferencia del cantinfleo —que es flexible y versátil— es una forma de comunicación tosca, rígida y burda que se usa para desarmar al interlocutor, adormeciéndolo. Es un lenguaje que varias y varios políticos emplean de manera frecuente. Un ejemplo elocuente de la lengua de madera se encuentra cuando, Hortencia Figueroa, la ex presidenta municipal de Jojutla, discute con dos familiares de personas desaparecidas.

Esta situación constituye un fuerte desencuentro entre la realidad y la pseudorealidad. Por un lado, estas mujeres expresan la verdad que atraviesa sus sentidos cuando trabajan en esta fosa. Son cuerpos humanos los que se encuentran ahí. Poseen un olor tan fuerte que ya es mucho más que un olor. Es un sabor que se queda pegado al paladar. A lo que Hortencia Figueroa responde: 

“Evidentemente, entiendo esta indignación y que por supuesto como familiares, hay este reclamo y la necesidad de que se haga justicia, pero, sobre todo, pues, esta necesidad de localizar a sus familiares y eso es algo que, bueno, tan lo reconocemos que aquí estamos.

Hemos conformado en el Congreso del Estado la Comisión de Víctimas para darle un seguimiento puntual, no sólo en este tema, a otros temas, porque sabemos que hay que trabajar de manera institucional y sumando esfuerzos…”

Las familiares de estas personas desaparecidas muestran los límites del poder de la lengua de madera y de la ficción. Ante las y los familiares de personas desaparecidas, los discursos y las ficciones ya no sirven para que alguien se salve de su responsabilidad por su participación en el ocultamiento de cuerpos humanos depositados en fosas comunes. La pérdida de un ser querido, cuyo calor y abrazo ya no podemos sentir, es una vacuna contra el discurso vacío de esas y esos funcionarios. Este discurso ya no confunde, ofende.

Aunque la realidad mexicana descrita en Volverte a ver, y la canadiense, parezcan lejanas, ambas enfrentan el problema de la impunidad, así como la falta de acción por parte del Estado, que se esconden frecuentemente detrás del uso de la lengua de madera. En Canadá, entre  2015 y 2019[2][3], han desaparecido 192 mujeres y niñas indígenas. Además, recientemente, los restos de 215 niñas y niños indígenas fueron encontrados en el sitio de una escuela residencial en Kamloops, en la provincia de Columbia Británica y, desde entonces, centenares de tumbas anónimas han sido encontradas.  En este sentido, algunos de los datos registrados en el Informe final de la Comisión de verdad y reconciliación de Canadá, que aborda la cuestión de estas escuelas, recuerdan aspectos que se abordan en el documental:

  • La Comisión de verdad y reconciliación habría contabilizado 3201 fallecimientos en el registro de los decesos confirmados de alumnas y alumnos de esas escuelas residenciales entre 1867 y 2000.
  • Para 32% de estas muertes, el gobierno y las escuelas residenciales no habrían indicado el nombre del alumno o de la alumna.
  • Para 23%, no se habría indicado el sexo.
  • Para 49%, no se habría indicado la causa de la muerte.
  • “Durante la mayor parte de la historia de estas escuelas residenciales, no era una práctica habitual entregar el cuerpo de las alumnas o los alumnos fallecidos a sus comunidades de origen”[4].
  • “La mayoría del tiempo, los cementerios a los que se refiere la comisión están abandonados y se encuentran bajo el riesgo de ser profanados accidentalmente”[5].

Las protagonistas de Volverte a ver nos enseñan que en estas circunstancias, la lengua de madera no sirve. Como lo declara una de ellas: “No nos podemos sentar con gente que no sea responsable; que no asuma su responsabilidad”. Las mentiras se desarman conforme se desentierra la verdad.

* * *

[1] Lippmann, Walter. 2003. La opinión pública. Madrid. Cuadernos de Langre, p. 52.

[2] Radio-Canada. “Plus de 130 femmes et filles autochtones ont été assassinées depuis le début de l’enquête nationale”. 5 de junio de 2019. https://ici.radio-canada.ca/nouvelle/1173847/enquete-nationale-femmes-filles-autochtones-disparues-assassinees-chercheurs-statistiques-canada

[3] Para saber más sobre este tema, recomiendo el excelente texto de Dolores Figueroa Romero publicado en ConCiencia, “Genocidio en Canadá: Desaparición y asesinato de mujeres indígenas”. A dónde van los desaparecidos. https://adondevanlosdesaparecidos.org/2020/06/18/genocidio-en-canada-desaparicion-y-asesinato-de-mujeres-indigenas/ 

[4] Traducción libre del francés.

[5] Commission de vérité et réconciliation du Canada. 2015. Pensionnats du Canada : rapport final de la Commission de vérité et réconciliation du Canada.Volume 4 : Pensionnats du Canada : Enfants disparus et lieux de sépulture non marqués. Montreal, Kingston, London, Chicago : McGill-Queen’s University Press, p. 3.

***

*Alexandre Beaudoin Duquette es columnista invitado del Grupo de Investigaciones en Antropología Social y Forense (GIASF).

Es doctorante en sociología en la Universidad de Quebec en Montreal y miembro del Grupo de investigación sobre los imaginarios políticos en América Latina (GRIPAL). En el marco de su proyecto de tesis, investiga la relación entre la violencia y la propaganda en América Latina en la época actual. Entre 2016 y 2018, fue investigador posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Asimismo, es doctor y maestro en estudios latinoamericanos por parte de la UNAM y licenciado en estudios hispánicos por parte de la Universidad de Montreal. Junto con Cristina Oehmichen Bazán y Ana María Salazar Peralta, es coeditor del libro Movilidades y fronteras: una mirada transdisciplinar.

El GIASF es un equipo interdisciplinario comprometido con la producción de conocimiento social y políticamente relevante en torno a la desaparición forzada de personas en México. En esta columna, Con-ciencia, participan miembros del Comité Investigador y estudiantes asociados a los proyectos del Grupo (Ver más en: www.giasf.org)

La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición de adondevanlosdesaparecidos.org o de las personas que integran el GIASF.

*Foto tomada del documental Volverte a Ver.

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