Mi amigo Roberto Garretón murió la mañana del 27 de diciembre. Un día después de que Desmond Tutu nos dejase también huérfanos. Conocí a Roberto tarde en la vida, hace 21 años. Desde el primer día me dije: cómo no nos conocimos antes si nos habíamos cruzado tantas veces. Después, nos dedicamos a recuperar el tiempo perdido, en México.