A donde van los desaparecidos

Las pistas no investigadas de la desaparición y asesinato de Salvador Adame

mayo 18, 2020
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Por: Patricia Monreal

Imagen 1, Salvador Adame
Salvador Adame. Foto: Cortesía Familia Adame.

Salvador Adame Pardo tiró su teléfono mientras cuatro hombres armados lo amenazaban a la par que a sus dos acompañantes. El aparato móvil fue a parar junto a una toma eléctrica, escondido de la vista de quienes vestidos de negro, con armas tipo cuerno de chivo, lo subieron a la camioneta negra en la que piloto y copiloto esperaban al resto del grupo para llevarse al periodista.

Por Salvador fueron el 18 de mayo de 2017, ya por la tarde, cuando en la Tierra Caliente del estado de Michoacán, en México, el día arrastra los párpados agobiado por temperaturas que oscilan entre los 36 y 40 grados.

En la víspera en la capital michoacana, Morelia, periodistas se habían manifestado en las calles –como en varios estados del país- para repudiar el asesinato ocurrido el 15 de mayo de 2017 de Javier Valdez Cárdenas, cofundador del semanario Ríodoce del estado de Sinaloa. Salvador lamentó no haberse enterado a tiempo para acudir, seis días después habría una marcha similar, para entonces el motivo sería él.

A Salvador se lo llevaron como a tantos otros en Michoacán, en plena avenida principal, con testigos, sin la necesidad del sigilo o la complicidad de la noche, a fin de cuentas impunidad y miedo son siempre los mejores aliados en estos casos.

En la Avenida Lázaro Cárdenas de Nueva Italia, en el municipio de Múgica, Salvador estaba sentado con dos familiares tomando una cerveza frente a la electropurificadora “Agua nueva”, propiedad de su primo, quien lo empleaba en ocasiones para repartir agua como apoyo a su complicada situación económica. Hacía cinco meses que había cerrado su canal, el 6TV debido a que no podía seguir costeando el pago de la señal por telecable, por lo que sus informaciones las difundía a través de su perfil de Facebook.

La Avenida Lázaro Cárdenas desemboca al monumento a Emiliano Zapata en Cuatro Caminos, lugar en que la historia tierracalenteña guarda múltiples capítulos de violencia, uno de ellos en 2013 con la matanza de 14 limoneros que habían acudido a manifestarse demandando garantías para el corte de limón, aprovechando la presencia del entonces secretario de gobierno, Jesús Reyna García durante el Acto Luctuoso de Zapata.

Periodista en Tierra Caliente

La zona de Tierra Caliente y de la Costa michoacana tiene su historia en lo que a desapariciones y asesinatos de periodistas se refiere. En 2006, José Antonio García Apac, director del semanario ECO de la Cuenca de Tepalcatepec, fue desaparecido; en 2008, tocó el turno a Mauricio Estrada Zamora de La Opinión de Apatzingán; en 2008, asesinaron a Miguel Ángel Villagómez Valle, director del periódico La Noticia de Michoacán de Lázaro Cárdenas; en 2010, Hugo Alfredo Olivera Cartas fue asesinado a balazos tras ser retenido; y más recientemente, en enero de 2020 se encontró en Huetamo el cuerpo sin vida de Fidel Ávila Gómez, de la estación de radio La Ke Buena que llevaba casi dos meses desaparecido.

Durante sus 45 años de edad, Salvador hizo su vida en torno al ejercicio periodístico en la Tierra Caliente michoacana, ahí nació, creció y lo desaparecieron. Su oficio fue como la zona en que se formó, agreste y lleno de claroscuros.

El arribo de la camioneta negra Ford Lobo, sorprendió a Salvador, su primo Rubén y el padre de éste. Un empleado de la electropurificadora optó por esconderse en el interior de ésta durante todo el episodio.

A sus acompañantes les pidieron el dinero que portaban y sus teléfonos celulares, a Salvador lo jalaron para subirlo a la camioneta. Él tiró su teléfono, pensaría quizá dejar fuera de alcance cualquier elemento que diera a sus captores pretexto para lastimarlo.

Electropurificadora Agua Nueva. Foto Cortesía familia Adame

Cuatro horas antes de que se lo llevaran sostuvo conversación vía whatsapp con un reportero de un periódico nacional, era frecuente que Salvador proporcionara a colegas información sobre temas de seguridad y delincuencia organizada, todo aquello que él ya no podía escribir para no poner en riesgo su vida, la de su esposa o la de sus tres hijos.

La conversación no fue sobre un tema menor, giraba en torno a una grabación proveída por Salvador, en la que el jefe de plaza del grupo delictivo denominado Los Viagra, amenazaba de muerte a sacerdotes de la región. En la carpeta de investigación MOR/053/09743/2017 abierta por la Procuraduría General de Justicia del Estado –hoy Fiscalía General del Estado- jamás hubo una línea de investigación formulada por tal hecho.

“Muchas veces se pone en duda lo que hacemos los periodistas de Tierra Caliente porque piensan que tenemos relación con fulano, sutano o con el grupo perengano, habrá quien lo haya hecho así pero no es la generalidad. En esta región y municipios la delincuencia es vista por todo mundo, es algo que no se puede callar, como periodistas, como gente que vivimos y crecimos aquí hablamos con todo el mundo, tal vez no tengamos una relación de amistad o no tengamos compromiso con ellos, pero sabemos quiénes son y a qué se dedican, ¿qué nos toca para poder hacer nuestro trabajo?, hablar con todo el mundo, punto”.

Luis Antonio Ramos Arredondo es director del semanario El Regional y al igual que Salvador nació, creció y ha desarrollado su labor periodística en Múgica, él conoce del estigma con que comúnmente suele calzarse a los periodistas en la Tierra Caliente.

“Es difícil en esta región hacer periodismo; muchas veces comentan los compañeros que vienen a hacer reportajes de la Ciudad de México, Estados Unidos o de otros países que no es tan complicado trabajar aquí, que ellos vinieron y no pasó nada, pero se olvidan que antes de llegar duraron dos meses hablando con el reportero del lugar para que él conversara con la gente e hiciera los contactos de las entrevistas.

“Vienen dos o tres días, hacen su trabajo, alborotan el panal y se van, no les pasa nada, nadie sabe bien a bien de dónde vienen, mucho menos en dónde viven, no tienen familia aquí ni los conoce nadie, pero uno que tiene toda la vida aquí y todo mundo nos conoce, pues es diferente. Aquí sí pasan cosas”.

Frida Urtiz Martínez, periodista y esposa de Salvador Adame considera que informativamente se ha subestimado a Nueva Italia: “como que siempre se volteaba para ver Apatzingán, cuando es en Nueva Italia donde pasaba todo, ahí se escondían y operaban todos; dicen que la estrategia más grande del diablo es hacernos creer que no existe, y siento que eso quisieron hacer creer con Nueva Italia”.

Frente al voto de autocensura que la violencia ha impuesto a los periodistas de Tierra Caliente, algunos como Salvador se dieron a la tarea de proveer información a colegas de otros lugares. Quizá por eso tras su desaparición se pretendió correr la versión de que era informante, porque sí, dotaba de información sobre lo que pasaba en la región a otros periodistas a los que la distancia blinda de correr los riesgos que tienen aquellos que viven en el lugar.

Fotografías, datos y pormenores sobre la situación en la Tierra Caliente se difundieron en la prensa local y nacional bajo otras firmas al amparo de la información que proporcionaba Salvador.

Pero la delincuencia organizada no es el único motivo de preocupación para los periodistas de ésta y otras regiones del estado. Las autoridades municipales han venido a ocupar un papel más relevante de presión, acoso y agresión; las informaciones sobre la realización de obras, el manejo irregular de recursos, la inconformidad social, las movilizaciones, son motivo de persecución, ataque y violencia contra comunicadores.

“Salvador durante muchos años encontró cómo decir lo que ahí ocurría, porque nunca publicaba las cuestiones relacionadas con los problemas de inseguridad, siempre fueron asuntos de tipo social o de tipo administrativo, de funcionarios, se metió más a la parte de información general y eso le ayudó por lo menos a tener una carrera de tantito menos riesgo, por lo menos eso parecía porque ahora ya vimos que no”.

Álvaro García Pineda, es un viejo lobo de mar en el periodismo estatal, ahora preside la Asociación Michoacana de Periodistas y recuerda cómo Salvador no era de tener las críticas guardadas en el cajón, “ni mucho menos en bodega, a él se le daba la crítica con mucha facilidad y más cuando tenía las pruebas para poderla hacer”.

Gobierno municipal en la mira

De los riesgos en su trabajo Salvador estaba consiente, y las mayores preocupaciones sobrevinieron luego del seis de abril de 2016 cuando –durante la cobertura del desalojo de un plantón de mujeres frente a la Presidencia Municipal de Múgica- fue detenido por elementos de seguridad encabezados por el alcalde Salvador Ruiz Ruiz, quienes le propinarían una golpiza a él y a su esposa Frida.

La presidencia municipal permanecía bloqueada por habitantes del lugar inconformes que el Gobierno del Estado y el Municipal, no hubieran cristalizado la obra denominada Ciudad Mujer comprometida en 2014 por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, esto como parte del denominado Plan Michoacán que instrumentó en respuesta al colapso social que se vivía en la región con la proliferación de grupos de autodefensas que desde 2013 buscaron hacer frente a las bandas delincuenciales de la región.

Con el plantón frente a la presidencia municipal, la tensión se acrecentó en Múgica. Ahí desapareció el vocero del movimiento, un joven mecánico de nombre Juan García. Dicen algunos habitantes del lugar que lo desaparecieron en una camioneta con las mismas características de aquella en la que tiempo después se llevaron a Salvador Adame.

Luego fue el exalcalde Casimiro Quezada Casillas el que desapareció, fue a principios de octubre de 2016. Días antes lo había mandado llamar Salvador Ruiz Ruiz para hablar, para calmar las cosas, pero no llegaron a acuerdo. A él se lo llevaron en la noche, después de que estuvo con Salvador Adame y otros amigos comiendo mariscos y tomando unas cervezas. Se despidieron y ya no supieron más de él.

En abril de 2016, el desalojo de las mujeres que bloqueaban la Presidencia Municipal se hizo a petición del alcalde. Ahí llegaron Salvador y Frida quienes, identificándose como periodistas procedieron a grabar los hechos hasta que los uniformados recibieron la orden de detenerlos.

En esa ocasión Salvador y Frida pensaron que los iban a desaparecer, a él lo golpearon cuando quiso evitar que a ella la detuvieran, lo metieron solo en una patrulla. A ella la subieron en otra en la que iban más mujeres detenidas, la tiraron al piso de la camioneta y la fueron golpeando y pateando todo el camino.

Luego a ambos los trasladaron solos en otra unidad, los trajeron paseando, a la espera de la orden que diera el alcalde. Gracias a que Salvador pudo publicar un mensaje en su cuenta de Facebook denunciando que los habían detenido y que hacía responsable a Ruiz Ruiz y al gobernador Silvano Aureoles Conejo de lo que pudiera ocurrirles es que pudieron retornar a su casa.

“Después de que nos levantaron me dio un número de la organización Artículo 19, me dijo que si llegaba a pasar algo que no dijera nada, que me fuera con mis hijos y que cuando regresara continuara trabajando, que no tuviera miedo”, recuerda Frida.

Las diferencias entre Salvador y el alcalde Salvador Ruiz Ruiz eran conocidas por familiares y amigos, a tal punto que éstos en sus declaraciones ministeriales señalan al munícipe como el único en tener problemas con el periodista.

Cuatro días después de la desaparición de Salvador Adame, el alcalde presentó su declaración ante la Unidad Especializada de Combate al Secuestro de la Procuraduría local, ahí esboza su relación con el periodista desde el 2009 en que se conocieron y atribuye las diferencias existentes a la falta de un convenio de publicidad entre su administración y el canal 6TV.

“Salvador Adame me mandó algunos mensajes de texto reclamándome que había cambiado muy pronto mi forma de ser y que había olvidado el apoyo que él me había dado, por lo que yo traté de evitar estar en comunicación ya con él, ya que no me pareció correcto que se haya molestado conmigo solamente por haberme tardado en contestarle, pero la reacción de Salvador Adame fue comenzar a desprestigiarme y hacer comentarios negativos de mi persona en el noticiero que tenía en su canal de televisión”.

En su declaración Salvador Ruiz Ruiz no abundó ni fue cuestionado sobre los hechos acontecidos en abril de 2016, cuando Adame y Frida fueron detenidos por la Policía Michoacán. Al alcalde jamás se le llamó nuevamente a declarar.

Salvador Ruiz Ruiz dentro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Michoacán, pertenece al grupo político del Gobernador Silvano Aureoles Conejo. En 2018 buscó sin éxito ser reelecto como presidente municipal en Múgica.

“En esta región ahora te das cuenta que es más peligroso hacer un trabajo periodístico de política que de seguridad, dices ¿cómo es posible que sea más seguro hablar de la delincuencia organizada que de funcionarios públicos?, ¿cómo es posible que sea más fácil que un funcionario público te señale, apunte y chingue a que lo haga la mafia?, ¿cómo es eso?, no hay lógica”, comenta Luis Antonio Ramos quien en julio de 2017 dio a conocer una carta dirigida a la opinión pública en la que hacía responsable al Salvador Ruiz sobre cualquier incidente o accidente que pudiera sufrir él o su familia.

#NiUnoMás Michoacán

En Michoacán la desaparición de Salvador movilizó al gremio periodístico local que, a partir del 23 de mayo salió a las calles en acompañamiento a la familia de Adame para exigir su localización y presentación con vida.

El Gobierno de Estado a través de la Procuraduría había ejercido presión a los familiares de Salvador para que el tema no se difundiera en la prensa, bajo el argumento de no entorpecer las investigaciones.

Aglutinados en el colectivo que denominaron #NiUnoMás Michoacán, el 31 de mayo de 2017 un total de 89 periodistas presentaron denuncia penal por la desaparición de Salvador, requiriendo al amparo de los artículos 108 y 109 del Código Nacional de Procedimientos Penales ser reconocidos como víctimas indirectas.

Con tal carácter, los periodistas buscaban a través de sus abogados dar seguimiento al proceso de investigación, por considerar que es ahí donde se gesta la impunidad en los casos de periodistas asesinados y desparecidos.

El Colectivo #NiUnoMás Michoacán presentó una denuncia penal por la desaparición de Salvador. Foto: El Colectivo #NiUnoMás Michoacán.

La Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas buscaría revocar la representación legal de los abogados de la familia de Salvador, con la intención que ésta quedara en sus manos. También emitiría –a solicitud de la Procuraduría estatal- un documento “de opinión”, rechazando que periodistas fueran reconocidos como víctimas indirectas del caso.

Tanto a la secretaría de Educación del Estado como a la Federal, la autoridad ministerial requirió los antecedentes académicos de los comunicadores para a partir de éstos determinar si eran o no periodistas. Asimismo les aplicaría exámenes físicos y psicológicos para evaluar si tenían algún tipo de afectación por la desaparición de Salvador.

La Procuraduría General de Justicia del Estado jamás emitió declaratoria alguna reconociendo o rechazando la calidad de víctimas indirectas de los periodistas, quienes preveían una respuesta oficial de rechazo para llevar el asunto hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y que ahí se estableciera un criterio al respecto.

La que si emitió postura fue la Procuraduría General de la República –hoy Fiscalía General-, que el 26 de junio de 2017 en respuesta a un oficio turnado por los periodistas el 1 de junio de ese año, respondió: “Su petición no es procedente conforme a derecho, pues las víctimas indirectas de conformidad con lo establecido en el artículo 4 de la Ley General de Víctimas, son únicamente los familiares o aquellas personas físicas a cargo de la víctima directa que tengan una relación inmediata con ella”.

Ante el Senado de la República y la Cámara Federal de Diputados, los comunicadores exigirían intervención para la atención del caso de Salvador, demandando además una reforma al Código Penal Federal que incorporar un tipo penal específico que sancionara los actos contra la Libertad de Expresión y el Acceso a la Información y así inhibir su proliferación.

La muerte presente

“Estoy muy enojada… los hombres no deben llegar muertos a su casa”, dijo Navidad -hija mayor de Salvador- luego de desplomarse de rodillas ahogada en llanto frente al hogar de sus padres. Era el 22 de septiembre de 2017 y el féretro con los restos del comunicador fue colocado en la sala del inmueble para ser velados.

Sepelio Salvador Adame. Foto: Patricia Monreal

Tres meses antes, el entonces procurador del Estado, Martín Godoy Castro, frente a la presión pública había salido ante los medios de comunicación para anunciar el hallazgo de los restos de Salvador en un lugar conocido como “Barranca del Diablo”, sobre la carretera que conduce de Nueva Italia a Lombardía, pasando el puente de “El Marquez”, perteneciente al municipio de Gabriel Zamora.

Los restos consistían en un hueso largo, otro curvo, y una serie de fragmentos óseos con alteraciones compatibles con carbonización y calcinación, los cuales se encontraban esqueletizados, es decir sin tejidos blandos, según lo consignado en el Dictamen Osteológico del 15 de junio de 2017, emitido por la Dirección de Servicios Periciales.

La localización de los restos fue producto de una serie de elementos generados al azar, conforme se desprende de la revisión de la carpeta de investigación.

El siete y el ocho de junio las autoridades habían realizado ya rastreos sin éxito en las en las inmediaciones del puente “El Marquez”, con el apoyo de un helicóptero y unidades caninas. Una semana después tras una llamada anónima, se efectuó una nueva búsqueda –ya con perito criminalista y médico forense- en la curva conocida como “Barranca Del Diablo” donde se encuentran varios nichos con alusión a la Santa Muerte, en uno de ellos se detectaron los restos de Salvador Adame.

Las llamadas anónimas fueron parte nodal en el curso de las investigaciones realizadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado. Fue la llamada anónima de un hombre, la que el siete de junio reportó que “el cuerpo del periodista” lo habían dejado “sin vida y descuartizado debajo del puente del Marquez”.

“Yo me di cuenta que Salvador tenía problemas económicos ya que se dice en Nueva Italia que le debe más de dos millones de pesos a productores de toronja, así como en Lombardía quedó a deber dinero, pero en si no sé a qué personas les debe; asimismo sé que Salvador aparte de su esposa tiene otras tres queridas pero no sé quiénes sean estas mujeres”, consigna en la investigación un informante de gobierno, esos que comúnmente se les conoce como “orejas”. Es toda la información que da.

Tales elementos permitirían a las autoridades reforzar la versión que desde un inicio buscaron posicionar sobre la desaparición de Salvador, en donde referían problemas con la delincuencia organizada, enfocando las líneas de investigación a “líos de faltas” y presuntas deudas.

Otra llamada anónima –en esta ocasión de una mujer- reportó el 22 de junio a la Unidad Especializada del Combate al Secuestro la detención de Ignacio Andrade Rentería alias “El Cenizo”, y de Daniel Rubio Ruiz “El Cabezas”, por parte de la Procuraduría General de la República, “quienes por lo que se ha escuchado en Nueva Italia, tienen conocimiento de quiénes fueron los autores del secuestro de Salvador Adame Pardo”.

Esta llamada derivó en entrevistas ministeriales a Ignacio Andrade y Daniel Rubio, quienes proveyeron a la Procuraduría de los elementos para la última versión oficial que se ha dado sobe el caso en donde señala que el posible móvil fue por problemas de tipo personal entre la víctima y Feliciano Ledezma Ramírez alias “El Chano Peña”, quien en su momento fue líder del Grupo de Autodefensas en Nueva Italia.

Las pesquisas sobre los asuntos periodísticos que Salvador venía investigando, tales como la construcción de una gasolinera en la avenida principal de Nueva Italia por presuntos líderes delincuenciales, la fallida construcción de Ciudad Mujer, las irregularidades en el arreglo de la Avenida Lázaro Cárdenas por parte del Gobierno Municipal, y los desencuentros con el alcalde Salvador Ruiz Ruiz, fueron magramente abordados en la carpeta de investigación.

Las indagatorias sobre el caso no contienen diligencias más allá del 2017; el caso permanece congelado y hasta el momento no hay ni un solo detenido.

Tras dos pruebas de ADN para determinar si los restos correspondían al periodista, su familia aceptó los resultados, por lo que el 22 de septiembre de 2017 lo velaron y al día siguiente le dieron sepultura en Nueva Italia.

Al final, Frida y sus hijos tuvieron que abandonar su vida en Múgica, de donde salieron por temor, hoy para sostenerse venden comida por las noches en donde vecinos y periodistas son sus principales clientes.

Frida y sus hijos tuvieron que abandonar su vida en Múgica. Foto: Patricia Monreal.

 

*Este trabajo es una versión ampliada del realizado y publicado en el proyecto “Impunidad”, iniciativa del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y la UNESCO. Puedes consultar la publicación original en este link.

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