A donde van los desaparecidos

Después de Ayotzinapa: Un pódcast para mantener viva la memoria

Olivia Zerón Tena e Inger Díaz-Barriga
abril 21, 2022
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¿Por qué un pódcast sobre el caso Ayotzinapa? Esa es la primera pregunta que surge ante el lanzamiento de Después de Ayotzinapa, una serie documental sonora sobre la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas en septiembre de 2014 en Guerrero, México. 

La pregunta va a acompañada de una expectativa: el relato tendría que contener alguna revelación contundente, de no ser así, ¿cuál es la razón de volver al caso? Se sabe que es una tragedia terrible y dolorosa, sí. Pero, ¿hay algo nuevo? 

Lo más reciente lo dieron a conocer Ángela Buitrago, Claudia Paz y Paz y Francisco Cox, integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) en su tercer informe el 28 de marzo. Y ahí sí que el tema volvió a las primeras planas de los diarios, con titulares como: “GIEI: marinos manipularon pruebas de caso Ayotzinapa”; “Video evidencia manipulación en caso Ayotzinapa”; “Militares infiltraron a estudiantes de Ayotzinapa: GIEI”; “Manipula Marina presunta escena del crimen en Cocula”.  

El informe, que se puede consultar aquí, fue una nueva sacudida a los escombros de aquella versión de los hechos que el gobierno anterior llamó “la verdad histórica”, cuyos tabiques se fabricaron con declaraciones arrancadas bajo tortura, como documentó la ONU, y otras tantas acciones al margen de la ley. Y no solo eso, el documento también ofrece información que deja ver que los brazos de la manipulación y el encubrimiento son mucho más largos y vienen desde mucho más arriba de lo que se nos quiso hacer creer al principio, cuando solo se hablaba de autoridades locales de Iguala y alrededores, en complicidad con un grupo criminal que confundió a los chavos con integrantes de una banda rival. El GIEI, de vuelta en el caso por exigencia de las familias, nos dice que obtener esta información, oculta por siete años, fue difícil debido a resistencias institucionales, y subraya que hay más, que no le han entregado aún…

Entre los puntos suspensivos de todo lo que falta por saber, irrumpe este pódcast que busca, principalmente, mantener viva la memoria y dignificar la lucha de las madres y padres que no han dejado de exigir verdad, justicia y respeto, aún cuando lo que tengan que escuchar sea que, hasta ahora, no hay indicios de vida de sus hijos, “solo datos sobre fosas donde podría haber personas sin vida”, como les dijo el experto Francisco Cox, mirándoles a los ojos desde el estrado en la presentación del informe en la Secretaría de Gobernación. 

Pero volviendo a la pregunta inicial sobre por qué publicar ahora un pódcast como Después de Ayotzinapa, una primera respuesta es que nos parece importante recordarle a quien no lo tenga presente, que el caso sigue vivo y con una investigación abierta. Otra, es que estamos convencidas de la necesidad de revisitar este relato, con una narrativa cercana, casi de conversación, para entender cómo se fueron dando los acontecimientos posteriores a los ataques, porque, aunque creemos conocerlos, en realidad  no es tan así. La verdad es que muchos detalles de lo ocurrido quedaron dispersos en la vorágine de información-desinformación que hizo prevalecer la idea de que el caso es un enredo al que es imposible entrar. No solo desaparecieron a 43 estudiantes, también desaparecieron la verdad y sembraron la confusión a cada paso. 

El valor de esta serie es que te deja entrar y te ayuda a no perderte. Intentamos ir recogiendo una a una las piezas para armar en tiempo presente, a lo largo de seis episodios, el rompecabezas de una narrativa rota —fragmentada adrede— por la corrupción y la impunidad. Si has seguido el caso, te vas a sorprender porque descubrirás lo que pasaba en los entretelones. Y si no lo has seguido o le perdiste el hilo, lo vas a entender, desde dentro pero con la suficiente distancia para preguntarte, igual que nos pasó a nosotras mientras hacíamos el pódcast: ¿cómo es posible que 43 estudiantes hayan podido desaparecer en México así, en una noche? ¿Cómo es que siete años y medio después no sabemos bien a bien qué pasó y por qué? Y sentirás empatía por esas madres y padres que no han podido y tampoco han querido superarlo, como se les ha pedido una y otra vez.

A principios de abril, días después del lanzamiento del pódcast, nos reunimos en la Ciudad de México con Kate Doyle, Anayansi Díaz-Cortez. Ellas trabajaron juntas en la versión original en inglés de la serie, After Ayotzinapa, que produjo Reveal con el Archivo de Seguridad Nacional en Estados Unidos. Siguiendo sus pasos y abriendo nuevas rutas, nosotras  escribimos Después de Ayotzinapa, la adaptación al español con investigación ampliada. Para aprovechar que estábamos las cuatro juntas, organizamos un pequeño foro universitario de escucha para el que elegimos algunos fragmentos de la serie.

Del primer episodio escogimos una parte en la que se escucha cómo sonó la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, mientras los estudiantes eran atacados. El audio fue grabado por ellos mismos con sus teléfonos. Sentimos su miedo y desesperación cuando gritan que son estudiantes y están desarmados, y aún así les disparan.  Del tercer episodio, escogimos un fragmento en el que Cox, el abogado chileno integrante del GIEI, cuenta cómo  lo buscó Jim Cavallaro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para pedirle que formara parte de este grupo de especialistas cuya misión sería venir a México a investigar de forma independiente e imparcial el caso Ayotzinapa. De la versión en inglés, After Ayotzinapa, recuperamos un audio en el que un agente retirado de la DEA le cuenta a Kate cómo dio con una célula de Guerreros Unidos en Chicago, al norte de Estados Unidos; se trata del mismo grupo criminal implicado en los ataques contra los jóvenes en Iguala. Y en el último fragmento, escuchamos a Cristina Bautista, “Doña Cristi”, relatando un sueño en el que vuelve a abrazar a su hijo Benjamín, uno de los normalistas desaparecidos. 

Nos hicieron muchas preguntas en este foro organizado por el Departamento de Comunicación de la Ibero, pero uno de los comentarios que más grabado se nos quedó fue el de una alumna que nos dijo que ella tenía once años cuando los 43 de Ayotzinapa fueron desaparecidos y por primera vez estaba comprendiendo lo que pasó esa noche y lo que fue sucediendo después hasta llegar al momento actual del caso. Cuando los atacaron, los normalistas tenían la edad que ella tiene hoy. Eso nos lo dijo al terminar la charla, con un poco de culpa ajena, al admitir que en su familia había escuchado comentarios de que los chavos eran unos vándalos y que se lo habían buscado, también quejas por las protestas de sus madres y padres. 

Escuchar este tipo de comentarios fue la mejor forma de constatar la necesidad de mantener viva la memoria, de no dejar en el olvido esta historia, la urgencia de explicarla y de entenderla, al menos para quienes todavía aspiramos a un México donde algún día haya verdad y justicia. 

Más allá de la adaptación que hicimos nosotras, el pódcast Después de Ayotzinapa es resultado del trabajo, talento y la intención que muchas personas quisieron invertir en su creación: primero, Kate Doyle y Anayansi Diaz-Cortes, que vieron la importancia de contar bien esta historia desde una perspectiva binacional, la investigaron durante dos años y se empeñaron en producir una versión en español porque para ellas era simplemente inconcebible que la gente en México no tuviera acceso a la información que ellas documentaron para producir la serie original, After Ayotzinapa. Después, Martina Castro, de Adonde Media, la compañía productora que se asoció con Reveal y el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos para desarrollar la adaptación libre al español; Martine Chaussard y Mariano Pagella que hicieron un diseño sonoro extraordinario; Jim Briggs y Fernando Arruda que compusieron una música entrañable para ambientar la serie; David Alandete, Javiera May, Carlos Sánchez, Gonzalo Castro, Luis Gil y el resto del equipo de producción de Adonde Media, que fue clave en la organización del proyecto y todo tipo de gestiones relacionadas con el material de archivo.

Después de Ayotzinapa no existiría sin las voces de quienes aceptaron compartir sus testimonios para la serie: Cristina Bautista, Luz María Telumbre, Nico, Lalo, Santiago Aguirre del Centro Prodh, Sergio Ocampo, John Gibler, Marcela Turati, Paula Mónaco, Mercedes Doretti del EAAF, Francisco Cox del GIEI, José Torero, José Manuel Jiménez, Mark Giuffre, James Cavallaro, Carlos Canto y Omar Gómez Trejo. 

Gracias a cada una de estas personas por compartir sus historias. Para nosotras es un honor haber podido contarlas en esta serie.

Y gracias por escuchar. 



Ilustraciones Dante Aguilera

Es editora de esta serie, es periodista y productora de pódcasts. Ha trabajado en medios como Univision, W Radio, Reforma y Chilango. Es autora de las series documentales sonoras “Mejor vete, Cristina” y “Calladitas nunca más”, reconocidas con los premios Ortega y Gasset y Rey de España, respectivamente.

Es reportera y conductora de radio y televisión en México. A lo largo de su trayectoria ha seguido una agenda de temas de derechos humanos y género. Fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo. Ha trabajado en medios como Televisa, Radio Fórmula, El Universal y El Financiero Bloomberg y más recientemente ha producido podcasts en Así como suena.

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